Por Pierre-Henri Cloarec, CFA, gestor de carteras de Emerging Sustainable Stars Equity Strategy y Emerging Ex China Sustainable Stars Equity Strategy en Nordea Asset Management
Durante mucho tiempo, los mercados emergentes han estado a la sombra del dominio de los gigantes tecnológicos estadounidenses y de una preferencia global por los activos considerados refugio. Sin embargo, en el contexto actual, marcado por el debilitamiento del dólar estadounidense y la incertidumbre creciente sobre la política comercial de EE. UU., los mercados emergentes se están reafirmando como una alternativa estratégica para los inversores que buscan crecimiento, diversificación y rentabilidad. Esto no es una recuperación temporal, sino una renovada relevancia respaldada por valoraciones atractivas y sólidos fundamentos económicos.
A medida que el dólar se debilita y disminuye el atractivo de EE. UU. como refugio, las economías con una fuerte demanda interna están ganando impulso. Esta tendencia queda reflejada en la persistente brecha de valoración entre los índices de mercados emergentes y los de mercados desarrollados: el MSCI Emerging Markets Index cotiza con un descuento de casi el 30% respecto al MSCI World Index, una diferencia que resulta cada vez más difícil de justificar. Más allá de los números, es importante destacar que muchas empresas de mercados emergentes son menos vulnerables a las fricciones comerciales internacionales, lo que refuerza su atractivo en un entorno global incierto.
En este contexto, vemos oportunidades especialmente atractivas en aquellos mercados emergentes donde los factores internos y el apoyo de las políticas públicas están marcando el ritmo del crecimiento.
India continúa destacando gracias a las reformas estructurales que han mejorado su competitividad y crecimiento en los últimos años. Con una expansión prevista del PIB anual del 6-7 %, la renta variable india justifica valoraciones más altas en relación a sus comparables. Los sectores inmobiliario y financiero son los principales beneficiados de la mejora en la dinámica interna, mientras que las políticas fiscales diseñadas para impulsar el consumo entre los hogares de menores ingresos proporcionan un impulso adicional a la demanda.
Adicionalmente, Latinoamérica, a pesar de la volatilidad política, también ofrece un fuerte potencial a largo plazo. La región cuenta con equipos de gestión experimentados y empresas capaces de crecer más rápido que sus economías nacionales, todo ello a valoraciones razonables. Para los inversores pacientes con un enfoque disciplinado y activo, la región brinda oportunidades significativas.
Corea del Sur y Taiwán están bien situados para beneficiarse de la demanda global en sectores tecnológicos estratégicos, especialmente la inteligencia artificial y los semiconductores, con líderes mundiales como TSMC consolidando su ventaja competitiva. Más allá de los grandes mercados, Polonia está mostrando un notable potencial y destaca como motor de crecimiento en Europa del Este, apoyado por programas de financiación de la UE y el estímulo fiscal de Alemania.
Lo que hace a los mercados emergentes especialmente atractivos no es solo su valor relativo, sino también su papel como motor de algunos de los crecimientos a largo plazo más potentes del mundo. Sectores como tecnología, salud, sostenibilidad y bienes de consumo están experimentando una rápida transformación, impulsados por el auge de las clases medias en expansión. Además, los avances en la inclusión financiera en economías con baja bancarización están abriendo nuevas vías para el desarrollo y la rentabilidad, afianzando aún más a las acciones de mercados emergentes como herramientas clave para la diversificación y el crecimiento de las carteras.
En definitiva, el resurgimiento de los mercados emergentes no es un fenómeno pasajero, sino una respuesta natural a un escenario global cambiante que exige nuevas fuentes de crecimiento y resiliencia. Mediante una gestión activa y disciplinada y una cuidadosa selección, esta clase de activo está recuperando su lugar como pilar de carteras bien diversificadas, ofreciendo no solo rentabilidad, sino también sostenibilidad y estabilidad a largo plazo. Lejos de ser un riesgo, los mercados emergentes son hoy en día un pilar clave para los inversores que buscan posicionarse adecuadamente en el futuro económico global.